domingo, 1 de junio de 2014

Diálogo sin sentido 1.


- Señor, tengo la manía de acumular libretas. Tengo la manía de dibujar bocetos de vidas ajenas. ¿Sabe? Antes creía - ingénua de mí - que las vocaciones eran fijas, casi vitalicias. Pero fíjese usted, que hace poco ha nacido una nueva. Fíjese, que desde que descubrí que una cámara, o algo tan simple como un lápiz y un papel eran tan poderosos como la gran espada que es el dinero mi vida ya no es la misma.
Fíjese, que desde que descubrí que había gente tan o más rara que yo que me acompañaban en esta andanza ya no me siento tan sola.
Fíjese, qué paisajes a plasmar. Qué viento, qué nubes.
Fíjese, que para mí ya no existe el tiempo desde que descubrí que con una cámara, o algo tan simple como un lápiz y un papel.
Fíjese, qué cosas.

- Sí. Todo muy bien, pero está sentada en el asiento de mi mujer.

- Ah. Perdone.

No hay comentarios: